El precio de no ser igual
¿Cuál es la solución para el problema de la inmigración en EEUU, y más concretamente, de la inmigración latina? ¿Algún día se llevará a cabo la reforma migratoria de la que habla Obama pero que definitivamente no la podrá hacer en este periodo? Son preguntas difíciles, complicadas, complejas.
El problema de la inmigración no es únicamente, como muchos lo quieren ver, una violación sistemática, por parte de los migrantes, de las leyes de extranjería: entraña, en realidad, un problema social gravísimo que se origina en los propios países latinos, en donde ya no hay más oportunidades para mucha gente.
Es claro que EEUU, como país, debe defender su integridad, pues tiene el derecho (y el deber) de controlar la ola migratoria que amenaza sus estructuras sociales y políticas. Hay muchos caminos, ciertamente, que pueden ser recorridos; cada uno de los Estados afronta su problema como cree conveniente, pero lo que hemos visto en Arizona, Texas, y ahora recientemente, Alabama, da mucho que pensar sobre la mentalidad de las autoridades políticas. Las medidas tomadas son claras: los migrantes son una enfermedad que hay que perseguir y exterminar, exactamente igual al nazismo frente a judíos, gitanos, homosexuales, pero esta vez ya no mediante ejecuciones extrajudiciales, sino mediante una «muerte social», es decir, despojarlos de la vida social que normalmente tiene una persona: bloquear la educación, impedir el libre tránsito.
Y todo esto sin contar con la profunda discriminación y el repudio que la propia gente norteamericana tiene, al sentirse invadida. Hace falta apenas un poco de sensibilidad para imaginarse el infierno que deben estar pasando nuestros hermanos latinoamericanos, desarraigados de sus hogares y en un país en donde los miran por sobre el hombro.
Les dejo con este video y la respectiva crónica, que resume un poco lo que quiero transmitir.
http://blogs.elpais.com/usa-espanol/2011/10/alabama-estrena-la-ley-mas-dura-de-todo-el-pais.html