Jorge Rafael Videla: cuando la suerte está echada…

<a href=»http://www.afojascero.wordpress.com/»>Jorge Rafael Videla</a>

«El represor Jorge Rafael Videla reivindicó nuevamente el terrorismo de Estado». Así tituló el diario Clarín las declaraciones del ex dictador argentino antes de que la justicia decida su suerte respecto de la acusación por el asesinato de 31 presos políticos en 1976.

[Para un video más extenso, hacer click aquí].

Videla dice que se tiene una visión sesgada de lo que pasó, es decir, que no entienden lo que hizo, que no estaban en su situación, que era necesario hacerlo ¿No les parece una justificación conocida? Esos argumentos mediante los que se pretende justificar matanzas, aniquilamientos, secuestros, torturas, a fin de combatir al terrorismo -cualquiera que este sea-, son propios de alguien para quien los fines son plenamente justificados por los medios. Y esto, llevado a sus límites, es execrable.

Un Estado debe combatir al terrorismo con todas las armas que están a su alcance, pero es su obligación que esta defensa se encause dentro del marco de la legalidad. De lo contrario, desaparece toda diferencia con quien está combatiendo. ¿Cómo distinguir a un terrorista que ejecuta extrajudicialmente y un militar, con órdenes que vienen desde arriba, que también lo hace? El Estado aquí involuciona casi hasta los tiempos en que no existía y, lo peor de todo, abdica a su principal deber: proteger la dignidad humana. Sencillamente arrasa con ella.

El modelo que Videla, elocuentemente pero con una desfachatez abominable, aún pretende defender, es el que nuestro ex dictador Alberto Fujimori importó para «acabar» con la subversión que asolaba nuestro país: se trata de la guerra sucia o terrorismo de Estado, es decir, la respuesta violenta y taliónica por parte del Estado que, dentro del objetivo último de aniquilar a los terroristas, prevé de forma absoluta y plenamente consciente la eliminación de vidas humanas inocentes y afectación de derechos fundamentales que gente que nada tiene que ver. O sea, todos pasan por la misma balanza, violando todas las garantías habidas y por haber que consagra un documento político-normativo llamado Constitución.

Felizmente, a pesar del último intento de Videla por evitar una condena que hace mucho le espera, todo parece indicar que la justicia argentina seguirá el mismo ejemplo que la peruana. Y es que al final, los dictadores, tiranos y tiranuelos, aquellos que se valen del poder para quebrar el orden constitucional y violar derechos fundamentales, todos ellos deben pagar por sus crímenes.

La justicia tarda, sí, se hace esperar mucho, pero de alguna u otra manera, llega. En el caso de Fujimori, demoró 19 años; en el caso de Videla, tardaría casi 35 años.

Actualización (23/12/2010): Argentina no cometió la misma equivocación como en 1990, cuando Menem indultó a Videla. Hoy, este fue condenado a cadena perpetua. Poco a poco, Latinoamérica va dando el mensaje que no desea más dictaduras; poco a poco le vamos dando un golpe decisivo a nuestra triste historia y tradición por el autoritarismo.

Ver: Clarín, El País.

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